Siempre tuvo la casa abierta para hacer actividades, para recibir a la gente; para desarrollar la creatividad alrededor de ella.
Vivió más de 60 años en Barrio Aranjuez, justo en la esquina que abre el paso hacia el Polideportivo de Aranjuez. De hecho ella fue quien cedio el terreno de esa calle para que pudiera llegarse a lo que antiguamente se conocía como “el Bajillo”
De escondrijo de armas y salchichonería a centro de convergencia juvenil…
Al principio de la década de los 60, se trasladó a vivir en la vieja casona que le había heredado su padre Otoniel Brenes Rojas, y que desde entonces lindaba con los Jarquín.
¡Años después se enteró que en esa casa habían escondido las armas de la Revolución del 48! Cuantos otros secretos tendría aquella edificación hermosa de dos plantas. Contaba que por los años 40 también albergó los inicios de la Salchichonería Camacho que su tío Manuel empezó a gestar, emprendimiento que con los años y desde su sede en Desamparados se convirtió en la famosa Panificadora Camacho, de la que muchos recordamos su famoso slogan en los programas de Chungaleta: ¡¡¡¡”Para pan Camacho”!!!
Luego, junto a su esposo el Dr. Orlando Fernández Rothe, construyó la casa en la que desarrollaría la intensa actividad familiar, comunal y colectiva que implicaba criar a siete hijos: Toyi, Beatriz, Nano, “Pipa”, Silvia, Francia y Marijó.
¡Cuántos cursos, cuántas fiestas, cuántas actividades de política colegial, comunal y nacional se desarrollaron en esas paredes!!. Sin exagerar podría decir que miles de personas pasaron por su hogar para compartir proyectos e ilusiones de la más diversa índole: grupos rock, clases de catecismo, jornadas de estudios, debates sobre realidad actual, juegos de niños, pandillas de barrio, clases de cocina, bailes de 15 años, ensayos de puestas en escena, roperos, cursos de navidad, cursos de verano, clases de ballet, de bailes folclóricos, de guitarra, patines, bicicletas… todas las locuras que se le ocurrían a su inquieta e hiperactiva prole!!! Creo que muchos recordarán con cariño esa casa que sirvió de pivote comunal para tantos proyectos.
¡Puertas siempre abiertas!
En esa casa tuvieron asiento pacientes, borrachitos, enfermitos de la cabeza, del alma, o del corazón partido, así como tantos y tantos amigos entrañables de la vecindad como Yul, Ester Cecilia, Alexandra y Georgina y personas de renombre nacional como Daniel Oduber, Oscar Arias, Ottón Solís, Carlos Francisco Echeverría, Victor Ramirez y muchísimos otros connotados profesionales y empresarios actuales, que en aquel momento eran solo unos jóvenes que iniciaban sus pasos como adolescentes o universitarios!
Recuerdo que siempre había espacio para un comensal más: la comida siempre le alcanzaba y hacia unas excelentes recetas con los restos que se acumulaban en el refrigerador
Mamá, con su cotidiana actitud de puertas abiertas a todo lo que fuera actividades colectivas, nos inculcó un gran compromiso con lo social, con lo comunitario, con lo colectivo. Estoy muy segura que estas lineas que escribo sobre esta plataforma digital, mucho deben su existencia a todas las reflexiones y tertulias que tuvieron lugar en su comedor. Creo que sin esa inmensa flexibilidad para desordenar o poner patas arriba su casa para dejarnos albergar locuras, no habría habido un caldo de cultivo adecuado para pensar en desarrollar un medio de comunicación alternativo como este.
Gracias mamá, por todo lo que nos dejaste hacer desde tu casa de puertas abiertas! Feliz cumpleaños, desde lo alto!!!!
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