Los barrios del este de San José se han convertido en atractivos lugares para la gastronomía nacional.
Amón, Otoya, Aranjuez, Dent, Los Yoses y Escalante, que en algún momento fueron zonas donde vivía la población de más ingreso del país, hoy encantan a sus visitantes no solo por la gastronomía que allí se ubica, sino también por su encanto arquitectónico de antaño.
Estos lugares, tranquilos y silenciosos, albergan inmuebles que han hecho que los consumidores prefieran ir ahí a comer y no dentro de nuevos desarrollos inmobiliarios, cargados de comercios y más bulliciosos.
Según un conteo realizado por EF en los barrios mencionados, en un área de 2 kilómetros cuadrados, operan más de 85 establecimientos gastronómicos en lo que fueron alguna vez grandes quintas, pequeños garajes y hasta cobertizos.
El encanto que dan estas zonas josefinas hace que este año el desarrollo comercial sea superior en un 10% en comparación con años anteriores, según datos de Colliers International.
Barrio Escalante –el más emblemático– alberga alrededor de 40 establecimientos ubicados sobre las calles 31,32 y 35 como principales focos de atracción.
La diversidad gastronómica de sus calles es lo que vuelve atractivo al lugar y sus propietarios se han organizado para que cada uno tenga una oferta diferente y así no competir directamente entre ellos.